La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa insta medidas frente a la corrupción de la industria farmacéutica
En plataforma nogracias.eu, 4-10-2015
La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa pide medidas para luchar contra la corrupción de la industria farmacéutica
La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa* ha aprobado el 29 de septiembre una importante resolución solicitando la instauración de medidas para luchar contra las estrategias corruptas de la industria farmacéutica y evitar el daño infligido a la salud pública
En un lenguaje políticamente correcto, la Asamblea denuncia la insuficiencia para paliar los efectos de la corrupción de la industria tanto de la auto-regulación como de las medidas legislativas actuales, y señala su grave daño sobre el conocimiento biomédico, la innovación, las decisiones de las autoridades sanitarias y el precio de los nuevos medicamentos.
La Asamblea solicita, entre otras, medidas como un nuevo impuesto sobre los fondos de la industria dedicados a la promoción para financiar la formación profesional independiente, una Sunshine Act europea, la exclusión de los expertos con conflictos de interés de los ámbitos de decisión sobre política sanitaria, definición de enfermedades o umbrales de tratamiento, transparencia en relación con los costos de los medicamentos y los resultados de los ensayos clínicos, políticas más estrictas para introducir nuevos medicamentos en el mercado y financiarlos públicamente, licencias obligatorias en el caso de restricciones en el acceso a medicamentos esenciales, fondos públicos para una agenda de investigación orientada a las necesidades o una llamada a desarrollar un nuevo marco para la protección de la innovación distinto al del fracasado de las patentes
1- En el siglo XX, la humanidad ha visto los más espectaculares avances médicos de su historia. El progreso científico nos ha ayudado a identificar el origen de un sinnúmero de enfermedades y a desarrollar tratamientos que han mejorado significativamente el estado de salud de la población. La industria farmacéutica ha jugado un papel indiscutible, invirtiendo en la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos; por lo tanto, es uno de los principales actores en el campo de la salud y, al mismo tiempo, un sector muy importante de actividad industrial en muchos países.
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Desde hace tiempo se están planteando cuestiones acerca de los posibles efectos negativos de la interacción entre la industria farmacéutica y otros agentes del sector salud. Esta interacción ha dado lugar a conflictos de interés, influido en la generación del conocimiento médico así como en el comportamiento de todos los actores involucrados, originando, finalmente, decisiones sesgadas. En su Resolución 1749 (2010) “El manejo de la pandemia H1N1: más transparencia necesaria”, la Asamblea Parlamentaria ya había expresado su preocupación por el riesgo que suponen los conflictos de interés entre los expertos que participan en decisiones sensibles relacionadas con la salud.
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A pesar de los considerables progresos realizados en la prevención y el tratamiento de los conflictos de intereses, sus riesgos son aún hoy en gran medida impredecibles. Por medio de una política de autorregulación, la industria farmacéutica está adoptando un enfoque mucho más ético y la legislación también establece algunas normas en este ámbito. Sin embargo, la autorregulación no es vinculante y la aplicación de la legislación deja mucho que desear.
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La investigación y el desarrollo de nuevas moléculas terapéuticas es un proceso largo y costoso. A cambio de esta inversión, las compañías farmacéuticas se benefician de un derecho de propiedad intelectual sobre las moléculas que desarrollan, protegido por una patente. Este modelo de innovación ha llevado al descubrimiento de miles de medicamentos. Sin embargo, cada vez parece más claro que este no es el enfoque óptimo en materia de salud pública.
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En los últimos años, a pesar del aumento en el número de nuevos medicamentos introducidos en el mercado, ha habido muy pocos que hayan presentado un beneficio terapéutico real y, por tanto, haya solucionado verdaderas necesidades de salud. Además, hemos visto un importante aumento en el precio de los medicamentos, supuestamente justificado por el costo de la investigación y el desarrollo que, sin embargo, es muy discutido ya que no responde a criterios transparentes. El precio exorbitante de los tratamientos contra el cáncer y la hepatitis C es de especialmente preocupante. Los sistemas de salud públicos se enfrentan a un constante aumento de los costos de los medicamentos, poniendo en peligro su capacidad para cumplir con su función.