Qué hacer cuando se está triste: forzarse a salir más o sonreír no es lo mejor
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Aceptar las emociones negativas redunda en una mejor salud psicológica.
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Así se desprende de una investigación de la Universidad de California en Berkeley.
20MINUTOS/EP. Cuando uno pasa por un mal momento y la tristeza le invade es fácil escuchar aquello de ‘sal más’, ‘haz cosas diferentes’, ‘trata de sonreír’… Consejos de buena voluntad que, sin embargo, no suelen ser la mejor opción a la hora de superar un bache.
La presión por sentirse optimista puede hacer que una persona se sienta abrumada, mientras que aceptar los estados de ánimo más oscuros puede realmente hacer que se sienta mejor a largo plazo, según una la nueva investigación de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos).
“Hemos encontrado que las personas que habitualmente aceptan sus emociones negativas experimentan menos emociones negativas, lo que redunda en una mejor salud psicológica”, explica la autora principal del estudio Iris Mauss, profesora asociada de psicología en la UC Berkeley.
En este punto, los investigadores sólo pueden especular sobre por qué aceptar sus emociones sin alegría puede desactivarlos, como las nubes oscuras que pasan rápidamente frente al sol y se alejan. “Tal vez si usted tiene una actitud de aceptación hacia las emociones negativas no les otorgue tanta atención (explica Mauss). Y quizás, si estás constantemente juzgando tus emociones, la negatividad puede amontonarse”.
Tal vez si usted tiene una actitud de aceptación hacia las emociones negativas no les otorgue tanta atención. Y si estás constantemente juzgando tus emociones, la negatividad puede amontonarse
El estudio, realizado y publicado en Journal of Personality and Social Psychology, analizó el vínculo entre la aceptación emocional y la salud psicológica en más de 1.300 adultos en el Área de la Bahía de San Francisco y el área metropolitana de Denver.
Los resultados sugieren que las personas que comúnmente se resisten a reconocer sus emociones más oscuras, o juzgarlas con dureza, pueden terminar sintiéndose más estresadas psicológicamente.
Por el contrario, aquellos que por lo general permiten que sentimientos tan sombríos como la tristeza, la decepción y el resentimiento se manifiesten y sigan su curso tienen menos síntomas de trastorno del estado de ánimo que los que los censuran e intentan alejarlos, incluso pasados seis meses.
“Cómo nos acerquemos a nuestras propias reacciones emocionales negativas es realmente importante para nuestro bienestar general (explica el autor principal del estudio, Brett Ford, profesor asistente de psicología de la Universidad de Toronto). Las personas que aceptan estas emociones sin juzgar o tratar de cambiarlas son capaces de lidiar con su estrés con más éxito”.
Tres estudios
Se llevaron a cabo tres estudios separados sobre diversos grupos, tanto en el laboratorio como online teniendo en cuenta la edad, el género, el estatus socioeconómico y otras variables demográficas de los participantes y se descartaron los factores que pudieran sesgar los resultados.
En el primer estudio, más de 1.000 participantes completaron las encuestas calificando su grado de acuerdo con declaraciones tales como “Me digo a mí mismo que no debería estar sintiendo la forma en que estoy sintiendo”. Aquellos que, por regla general, no se sentían mal por sentirse mal, mostraban niveles más altos de bienestar.
Posteriormente, en laboratorio más de 150 participantes tuvieron la tarea de entregar un video de tres minutos a un panel de jueces como parte de una solicitud de trabajo simulada, alabando sus habilidades de comunicación y otras calificaciones pertinentes. Se les dio dos minutos para prepararse. Después de completar la tarea, los participantes calificaron sus emociones sobre la prueba. El grupo que evita los sentimientos negativos reportó más angustia que sus pares más aceptantes.
En el estudio final, más de 200 personas llevaron un diario sobre sus experiencias más agobiantes durante un período de dos semanas. Cuando fueron encuestados acerca de su salud psicológica seis meses después, los que típicamente evitaban las emociones negativas reportaron más síntomas del trastorno del estado de ánimo que sus compañeros que no lo hacían.
Ahora, los investigadores planean estudiar factores como la cultura y la educación para comprender mejor por qué algunas personas aceptan más los altibajos emocionales que otros. “Preguntando a los padres sobre sus actitudes sobre las emociones de sus hijos, podemos ser capaces de predecir cómo sus hijos se sienten acerca de sus emociones, y cómo eso podría afectar la salud mental de sus hijos”, concluye Mauss.
En 20 minutos – salud
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