Inteligencia emocional y Mindfulness en la infancia
Viriginia Fernández Regajo (Psicóloga). Uno de los grandes obstáculos que los niños pueden encontrarse hoy en día, es la dificultad para enfrentarse a los cambios sociales y afectivos que se presentan en nuestra sociedad. Afectando al desarrollo de sus habilidades de autocontrol, de expresión emocional y de conducta, entre otras…
Por ello, la inteligencia emocional está siendo objeto de atención en numerosos estudios y las conclusiones teóricas se observan en la práctica social y familiar. Sabemos que la inteligencia académica se adquiere, siendo la escuela el lugar más idóneo para el aprendizaje intelectual. Pero también se ha descubierto, que esta inteligencia tan solo predice un 20% del éxito en la vida, dejando el 70% restante a la inteligencia emocional.
Por ello, la adquisición de herramientas para su aprendizaje se vuelve imprescindible desde los primeros años del niño, siendo este el momento mas adecuado para desarrollar las habilidades emocionales, ya que es en este periodo donde se adquieren y se desarrollan.
¿Qué es la inteligencia emocional?
La Inteligencia Emocional ha sido definida por Daniel Goleman como “La capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, así como los ajenos, de motivarnos y de saber manejar las emociones”.
La inteligencia emocional en los niños
Los niños poseen una importante plasticidad cerebral, donde las experiencias y aprendizajes, influirán en gran medida en el adecuado desarrollo de la cognición y la afectividad. Un niño con inteligencia emocional posee confianza en sus capacidades, comunica lo que necesita, piensa y siente, está motivado para explorar y aprender. Lo que influye de forma positiva en todas las áreas de su vida.
Las emociones en el mundo de los niños
1. Emociones en la escuela
En los últimos años, un elevado número de autores coincide al afirmar que, la inteligencia emocional destaca por su influencia en las capacidades cognitivas, así como en la mejora de los resultados escolares. (Extremera Pacheco y Fernandez Berrocal, 2004). Un adecuado manejo de las emociones puede influir positivamente en la capacidad reflexiva, la atención, la flexibilidad cognitiva, etc., en definitiva, en el rendimiento escolar.
2. Emociones en la imagen de uno mismo
El progresivo conocimiento de las emociones les ayudará a adquirir la capacidad de poder conocerlas y regularlas. Enseñar a los niños a reconocer y gestionar las emociones, les permite conocerse, comprender, manejar aquello que les ocurre y aprender a motivarse. Estos son aprendizajes fundamentales para el desarrollo de la autoestima y el autoconcepto. (Roa Garcia, 2013)
3. Emociones en las relaciones sociales
Entender la emociones de otras personas y poder ponernos en su lugar, es fundamental en el desarrollo social del niño. Durante la infancia se comienzan a construir estas habilidades, donde empiezan a expresar, evaluar y compartir emociones con los demás.
La habilidad para comprender emociones esta relacionada con la activación en nuestro cerebro de las neuronas espejo, que se ponen en marcha, de la misma forma, cuando realizamos una acción o cuando observamos a alguien realizarla. Estaríamos ante el aprendizaje por imitación, ya que vivimos la conducta del otro como nuestra y nos ayuda a comprenderla. (Rizzolatti y Sinigaglia, 2006).
Tener amigos, es un pilar fundamental que les permite sentirse parte del grupo, compartir experiencias, intereses y gustos. Es allí donde se irán estableciendo las relaciones de confianza que les ayudaran a construir una imagen de si mismos.
¿Qué es Mindfulness?
“Mindfulness es la capacidad de vivir la experiencia del momento presente en toda su plenitud, con atención consciente de lo que está ocurriendo en ese momento, sin juzgarla, con aceptación”.
Jon Kabat-Zinn introdujo esta práctica dentro del modelo médico de Occidente hace más de 30 años. Donde a partir de la observación y la aceptación de nuestras emociones, podemos gestionar nuestra vida de una forma más sana, adecuando nuestros propios cambios sin estrés, ni sufrimiento, partiendo de la aceptación de nosotros mismos, tratándonos con amabilidad y siendo conscientes de lo que necesitamos en el momento presente (Kaiser Greenland, 2013).
Mindfulness en los Niños
“La practica de Mindfulness enseña a los niños habilidades vitales que les ayudaran a calmarse y tranquilizarse, a cobrar conciencia de su experiencia interna y externa, desarrollando una cualidad reflexiva a sus acciones y sus relaciones” ( Kaiser, 2013).
Las Emociones en el mundo Mindfulness
Si utilizamos una emoción para ponerla como ejemplo, podríamos escoger, el enfado. Cuando un niño se enfada los adultos solemos recriminar al niño en vez de al enfado. Muchas veces parece que a nosotros mismos nos enfada que ellos se enfaden una y otra vez. Pero el enfado controla al niño y al adulto y todo gira en torno a ese circulo, donde las rabietas, los gritos y el llanto, hacen su entrada triunfal.
Pero no es posible evitar que los niños se enfaden, al igual que es imposible evitar que un adulto lo haga. Es una emoción necesaria para el desarrollo del niño, que ha de reconocer para expresarla de forma adecuada en su mundo exterior.
Es importante que le hagamos comprender que enfadarse es una emoción normal, que todos sentimos. Pero que tenemos que aprender a calmar, para evitar que nos controle y desarrollemos comportamientos que nos hagan daño a nosotros mismos y/o a otros. Por ello, necesitan que les orientemos y enseñemos acerca de cómo pueden reconocer y entender todas las emociones que experimentan, no solo las de enfado, aunque estas suelan ser las mas llamativas.
Este aprendizaje puede conseguirlo a través de técnicas basadas en Mindfulness. Con la practica de Mindfulness el niño consigue, entre otros beneficios: regular sus emociones y tener una mayor comprensión y control de las mismas, reducir su tensión emocional y desarrollar una mayor conexión entre su mundo interno y su mundo externo. “Porque detrás de todo niño “difícil”, hay una emoción que no sabe expresarse”.
Inteligencia emocional y Mindfulness
La concordancia entre Mindfulness y la Inteligencia Emocional, no sólo es directa por su relación inmediata, en la práctica de su desarrollo en la capacidad de atención, conocimiento y manejo de las emociones, sino también por la multitud de investigadores que trabajan en común (D. Goleman, P. Ekman, D. Siegel, O. Flanagan, M. Greenberg).
Por ello, la aplicación de ambas para el conocimiento y manejo de las emociones en los niños, se convierte en una herramienta muy poderosa, ya que podemos trabajar el aprendizaje de estrategias emocionales desde dos vertientes complementarias.
Una de las maneras donde ambos abordajes puedan complementarse, estaría basado en el aprendizaje del entendimiento de los sentimientos propios y ajenos, a través de la Inteligencia Emocional. Pudiendo ampliar su percepción en el momento presente a través de técnicas de Mindfulness, sintiendo y observando lo que sucede, sin juzgar, ni intervenir.
De esta forma el niño potencia su bienestar personal, al mejorar la capacidad de percibir y entender sus emociones. Para posteriormente poder iniciar el abordaje del manejo de las mismas, a través de nuevo, de la Inteligencia Emocional. Podemos concluir asegurando que Inteligencia Emocional y Mindfulness van de la mano, en el mágico camino de las emociones. Quizá, solo nos quede descubrirlo.
Virginia Fernández Regajo. Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Master en Psicología Clínica y de la Salud. Especialista en terapia cognitivo-conductual. Autora de cuentos sobre Mindfulness.
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