Terapia psicológica: Es saludable mirar hacia adentro
Rita Otero Serrano (Psicóloga). Estamos acostumbrados a mirar más hacia afuera, a nuestro entorno o alrededor nuestro, que hacia adentro de nosotros, que solo lo hacemos cuando nos duele o nos afecta mucho algo. Intentamos entonces escudriñar lo que nos ocurre para poder hallar la solución que nos restaure a nuestra anterior posición de bienestar.
Es por ello que siempre me ha gustado invitar a la gente a mirar hacia adentro, a lo que de verdad necesitamos. Ardua tarea ya que en nuestra educación no hemos sido enseñados a identificar emociones, así como tampoco a pedir ayuda cuando la necesitamos.
Pero llega un momento en nuestra vida que hacemos “click” y decidimos pedir ayuda psicológica en pos de recuperar nuestro equilibrio y estado saludable. Para dar el paso y acudir a terapia, tenemos primero que dejar atrás la vergüenza en algunos casos o el miedo que podamos tener en ese momento.
Lo hacemos porque queremos ser más libres y volver a tener de nuevo esa paz que ya no está con nosotros. No es que estemos locos, tan solo algo perdidos.
“Cinco de cada cien españoles reciben actualmente tratamiento psicológico”.
La sociedad ha normalizado el hecho de asistir a terapia psicológica, algo que en otros tiempos se ocultaba al circulo de amistades, incluso dentro del ámbito familiar. Es verdad que todavía sigue ocurriendo, pero ya con menos frecuencia y en casos aislados.
Afortunadamente se habla más abiertamente del tema y la figura del psicólogo o terapeuta está mejor valorada y se ve actualmente como la persona que te puede guiar en el proceso que irremediablemente te ha tocado vivir.
¿Qué le pedimos a una terapia psicológica?
Una de las primeras cosas que toda persona quiere saber cuando asiste a terapia es la causa de sus angustias y sufrimientos. Por qué me ha ocurrido a mí esto y qué lo ha provocado, se preguntan la mayoría. Hallar la/s respuesta/s requiere de una pericia por parte del terapeuta que ha de separar y priorizar la causa de las múltiples desdichas.
El terapeuta cuenta con herramientas para ayudar al paciente en la tarea de limpiar esas desdichas con el menor daño posible. Aunque no hay que llevar a engaño y cierto sufrimiento cobra sentido al ser su fin el curar y recuperar el bienestar. Debemos normalizar por tanto el dolor y aprender que no se puede ser feliz las 24 horas del día.
El hecho de no querer ver el problema o dolor que está con nosotros, así como exigirnos estar bien siempre o meternos presión para estar bien cuanto antes, provoca que el proceso de sanación sea mucho más lento de lo deseado. Por eso mismo, a veces lo normal no es lo saludable y en ocasiones nosotros somos los que más nos maltratamos, sin querer y de forma inconsciente.
Todo el mundo debería pasar por terapia psicológica al menos una vez en su vida, aunque abrirse en canal a un desconocido no es fácil y es uno de los actos más valientes que existen. La virtud está en el término medio, ya que contarse la vida de la peor manera tampoco ayuda.
Hay que establecer límites y recetas anti-violencia con respecto a la estima personal. La baja autoestima suele acompañar muy a menudo a la persona que asiste a terapia. El terapeuta debe enseñarle a cuidarse, a quererse y respetarse, poniendo el foco en determinadas conductas o comportamientos cotidianos del día a día donde poderlas poner en práctica.
El establecimiento de espacios y normas más beneficiosas hacen aumentar el respeto por nuestra autoridad. No hay que tener miedo a hablar de autoridad, que no es más que dejarse ser, buscar términos medios, re-elaborar, buscar alternativas…
Así comenzamos a actuar desde nuestra libertad responsable en la que no podemos culpar a los demás de nuestras desdichas, ni tampoco evidentemente culparnos a nosotros mismos. Se trata más bien de ser responsables de nuestros actos y decisiones.
Como terapeuta y psicóloga, creo en el valor de las personas. Son ellas las que sanan y consiguen salir adelante solucionando los problemas internos que han ido almacenando a lo largo de su vida.
El terapeuta es un guía, un profesional que ayuda y da pautas en ese proceso, donde la toma de conciencia y el trabajo interno que corresponde realizar a cada uno de nosotros son clave en esa búsqueda o camino a lo saludable.
Rita Otero Serrano. Licenciada en Psicología Educativa por la UNED. Postgrado en Psicoterapia grupal. Máster en Psicoterapia integradora. Desde hace más de quince años imparte sesiones de Psicoescritura, una terapia humanista que ayuda a solucionar problemas de depresión, ansiedad, autoestima o relaciones.
Website: www.psicoescritura.com
Psicopedia.org
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