Cómo eliminar tus creencias limitantes
Nuestras creencias limitantes son una de las más grandes barreras que impiden la consecución de nuestras metas más importantes.
Desde nuestro nacimiento, empezamos a formar un sistema de creencias en nuestra mente, el cual nos indica cómo funciona el mundo y cómo debemos reaccionar ante las situaciones. La mayoria de nuestras creencias proceden de la infancia, de lo que oimos, vimos y experimentamos entre los 0 y los 6 años de edad.
Todos tenemos algún tipo de creencia limitante, lo importante es identificarla, reconocer cómo nos está limitando y convencernos de que aquello que creemos no es cierto.
No importa todo el esfuerzo que hagamos para alcanzar nuestros objetivos más deseados: si en nuestro subconsciente anida una creencia limitante, opuesta o negativa al respecto, jamás lo alcanzaremos! Hagamos lo que hagamos.
Una creencia puede influir y extenderse en diversas áreas de tu vida y, además, define tu forma de ser, personalidad y conducta.
Todo aquello en lo que crees determina quién eres, lo que haces y lo que consigues.
Esas creencias pueden ser positivas o negativas. Pueden potenciar tu vida y ampliar tus posibilidades de logro, o bien pueden hacer que no consigas nada o, lo que es peor, que ni si quiera lo intentes.
Una creencia es un estado mental y anímico en el que consideras como verdadero el conocimiento, la impresión o la experiencia que tienes acerca de un suceso o cosa.
Una creencia es lo que, desde tu propia y particular perspectiva, asumes como “la verdad” o “la realidad”; lo que das por hecho o tienes por cierto respecto a cualquier tema, situación, ser o cosa.
Es decir, es el conocimiento subjetivo que tienes de los sucesos que ocurren en el mundo, de las cosas, personas y de tí mismo.
Una creencia conlleva un potencial de actuación que te llevará a actuar y obtener unos resultados concretos. Así, por ejemplo:
- Creencia: crees que puedes conquistar a una chica.
- Potencial: esa creencia te crea el potencial de enamorarla.
- Acción: la propones salir contigo.
- Resultado: ella corresponde gustosa y salís juntos.
El mayor problema de estas creencias es que son inconscientes. Es decir, están influyendo en tu forma de conducirte y en tu vida, sin ni si quiera darte cuenta de ello. Por eso es importante identificar nuestras creencias limitantes y planificar la manera de eliminarlas, para sustituirlas por otras más benéficas y saludables.
El origen de tus creencias
Nuestras creencias se suelen formar, como dijimos, a partir de las experiencias de la niñez, o provienen también de generalizaciones que, consciente o inconscientemente, una persona asume a raíz de experiencias dolorosas. Por ejemplo:
- Una niña que sea juzgada de forma negativa o destructiva por sus padres o profesores, comenzará a tener creencias negativas sobre sí misma, lo cual hará que construya una baja autoestima que la impedirá desarrollar todo su potencial.
Sin embargo, nuestras creencias se pueden cambiar. El primer paso es darte cuenta de qué creencias tienes. Si son negativas y limitantes, las tendrás que cambiar.
Una manera de identificar creencias limitantes solapadas, que sostienen a otras más evidentes, es la siguiente:
- Cuando te escuches a ti mismo diciéndote, por ejemplo, “no puedo conseguir ese trabajo tan deseado” o “no creo que pueda curarme de esa enfermedad”, colócales un porqué a esas declaraciones y verás que las respuestas usualmente serán creencias limitantes.
Algunos ejemplos de creencias limitantes
Estas son algunas de las creencias limitantes más frecuentes y que probablemente hayas tenido alguna vez en tu vida:
– No le importo a nadie, por eso no me quieren (personal).
– Tener éxito solo me lleva a tener más problemas (situacional).
– Es muy difícil, no lo podré hacer (situacional).
Cómo cambiar tus creencias negativas
Para quienes ya conocen la técnica de EFT, (siglas de Emotional Freedom Technique, traducido como Técnica de Liberación Emocional) pueden usarla para eliminar sus creencias limitantes rápida y eficazmente. También, por ejemplo, podemos ayudar con medicina natural a este proceso, actuando a nivel de memoria celular y facilitando así la reprogramación de creencias. Quienes no conozcan o empleen estos métodos, pueden aplicar el siguiente:
1- Redacta tus creencias limitantes
Observa los resultados que estás teniendo en tu vida y que no te gustan. ¿Puede haber alguna creencia que te esté influyendo en un comportamiento que te conduce a ese resultado negativo?
2- Toma consciencia de que son creencias y no realidades
Reflexiona un poco sobre tus creencias. ¿Cómo estás seguro de que son ciertas? ¿Tienes alguna prueba realmente sólida e irrebatible?
¿No tienes un buen trabajo porque no vales, o tal vez no lo tienes porque crees que no vales? ¿No enamoras a quien te gusta porque no eres atractivo, o más bien porque crees que no eres atractivo?
3- Asocia tus creencias limitantes a algo negativo
Piensa en esas creencias y modifica su mensaje a tu conveniencia, asóciandolas a algo negativo o desagradable, incluso al dolor. Por ejemplo, piensa que eres incapaz de atarte a un trabajo pésimo en el que fueras explotado.
Esto es eficaz si lo haces desde la autoconfianza y la serenidad, sin rabia, temor o resentimento respecto a experiencias anteriores. Recuerda que tu sentir visceral sobre algo evidencia lo que crees (y, por tanto, experimentarás) al respecto.
4- Para cada creencia negativa, construye una nueva creencia
En el caso de los ejemplos anteriores:
A) Creencia negativa: “no le importo a nadie, por eso no me quieren”. Nueva creencia: “importo mucho a los que están cerca a mí y me aman incondicionalmente, así como yo me amo”.
B) Creencia negativa: “tener éxito solo me lleva a tener más problemas”. Nueva creencia: “tener éxito, es sentirme abundante y tener una buena calidad de vida; algunos problemas son inevitables, pero todo tiene solución”.
C) Creencia negativa: “es muy difícil, no lo podré hacer”. Nueva creencia: “lo puedo hacer si quiero, confío y fluyo tranquilamente con ello”.
5- Asocia a algo positivo las nuevas creencias
Ahora, considera las tres creencias que creas que más te limitan, tomando las nuevas creencias que las sustituyen y asóciandolas a algo positivo.
Por ejemplo, la nueva creencia: “importo mucho a los que están cerca a mí y me aman incondicionalmente, así como yo me amo”. Asóciala a una emoción positiva o a intentarlo y lograrlo.
6- Actúa “como si”
Aunque aún no tengas estas creencias, puedes actuar como si ya las tuvieses.
- Soy atractivo.
- Valgo mucho.
- Soy simpático.
- Soy inteligente.
Actuando “como sí” empezarás a observar nuevos resultados y esos resultados contribuirán a la creación de nuevas creencias positivas.
Por ejemplo, hablar en público contribuirá a formar la creencia de que eres atrevido, osado; lo cual permitirá a su vez una conducta atrevida que te llevará a otros resultados positivos.
Equipo Maché Blog
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