Nada es definitivo: la clave para no rendirse

Nada es definitivo: la clave para no rendirse

by in Uncategorized 29/06/2023

En los momentos difíciles, la tristeza, el miedo y la desesperanza pueden
hacer que nos rindamos. En estos momentos, recordar que la adversidad no
es permanente, que la vida es cambio, puede darnos esa esperanza que
parece perdida.
En este momento hay miles de personas afrontando adversidades que
ponen a prueba su voluntad y sus recursos. Para ellas, el dolor se ha
vuelto insoportable, al tiempo que la esperanza se ha perdido. Todos los
intentos de mejorar la situación personal han sido infructuosos, y tirar la toalla
parece la única salida. Cualquiera de nosotros puede llegar a ser esa persona;
por esto, en esos instantes en bueno recordar que nada es definitivo, esta es la
clave para no rendirse.
La cara más cruel de esa desesperación es el momento en el que quitarse la
vida parece la única salida.
Nada es definitivo: recuérdelo cuando sientas la
tentación de rendirte

En muchos de los casos, el suicidio y sus tentativas se producen porque la
persona se encuentra tan inmersa en el sufrimiento que es incapaz de ver una
salida. Así, el problema no reside tanto en soportar el dolor presente,
sino en pensar que este nunca cesará. Todos hemos caído en esa trampa
de la mente. Aunque desde fuera sea evidente que la situación mejorará tarde o

temprano, el miedo, la angustia y la tristeza pueden hacernos perder la
perspectiva y convencernos de que nunca volveremos a estar bien.
Precisamente por esto es bueno recordar que nada es definitivo, que todo
pasa, que todo cambia, que el sol volverá a salir. Llevar a cabo este
ejercicio en situaciones adversas puede resultar realmente complicado; por
esto, te damos algunas sugerencias para lograrlo.
Vigila tus sesgos cognitivos
Los sesgos cognitivos son interpretaciones erróneas que hacemos de la realidad
en una dirección determinada. Recuerda que cómo te sientes no es el
resultado directo de lo que te ocurre, sino del modo en que lo
percibes, lo analizas y le das significado. Así, las ideas que generes en relación
a tu situación particular pueden magnificarla y hacerla parecer insalvable o,
por el contrario, ayudarte a capear el temporal.
Uno de los sesgos cognitivos que con más frecuencia nos conduce a la
desesperación y nos hacen olvidar que nada es permanente es la sobre-
generalización. En este caso, extrapolamos lo que nos sucede en un
momento determinado a otros ámbitos que no están relacionados.
Por ejemplo, podemos pensar que “todo nos sale mal” y que “nunca volveremos
a sentirnos felices”. En realidad, no todo nos sale mal y no tenemos ninguna
prueba para afirmar que el futuro será negativo.
Es importante que cuando te encuentres pensando de este modo, te
detengas y analices esas creencias. ¿Son ciertas?, te darás cuenta de cómo
tú mismo estás saboteando tu estado emocional con ese diálogo interno.
Recuerda que eres resiliente
Un ejercicio que puede serte de gran ayuda cuando atravieses momentos en los
que deseas rendirte es recordar todas aquellas veces que en el pasado
creíste que no podías más, y sí pudiste. Recordar esos retos que parecían
insuperables y que enfrentaste con éxito. Con esto identificarás y pondrás
en valor tu resiliencia, una capacidad que ya posees y a la que puedes
recurrir en este instante. Es la habilidad de afrontar la adversidad sin salir
devastado, logrando incluso extraer algún aprendizaje. De seguro, ya lo hiciste
en varios momentos en el pasado, y puedes hacerlo ahora. No te subestimes, no
te rindas, eres capaz de salir adelante.
Utiliza el poder de la visualización
Por último, puedes emplear la visualización para ver más allá de este
presente que te angustia y proyectarte en un futuro más próspero y
agradable. Rumiar constantemente en tu mente sobre esta realidad dolorosa
que te rodea solo incrementará tu malestar; no te hagas esto. En su lugar, ten la
certeza de que el futuro será mejor y enfócate en esta imagen.
La visualización consiste en imaginar, de la forma más vívida posible, una
escena agradable creada a voluntad. Así, crea una imagen de ti mismo en
un futuro, habiendo superado este bache e imprégnate de lo que
sentirías en ese momento: felicidad, tranquilidad, gratitud, alivio.
Repite esta visualización cada día y verás importantes cambios. En primer
lugar, tu estado de ánimo mejorará progresivamente pues, al menos por un

tiempo cada día, estarás sacando el enfoque de ese dolor presente que te ahoga
y centrándolo en sensaciones agradables.
En segundo lugar, estarás cada vez más cerca de ese futuro esperanzador,
pues visualizar te aportará la motivación que necesitas para trabajar
por él.
Tu situación actual no es tu resultado final, nada es
definitivo

En suma, recuerda que por muy dolorosa que sea hoy tu realidad, la
situación siempre puede cambiar. Hoy quizás te sientas solo, fracasado,
impotente o desesperanzado, pero esto no significa que mañana te vas a sentir
igual. Si supieras que todo mejorará, que todo será diferente más adelante, no
te rendirías.
Imagina que estás viendo una película de la que ya conoces el final. No te
perturbarían los giros del guion, incluso aquellos en los que todo parece ir mal,
porque ya sabes cómo termina. Lo mismo puedes aplicar a tu vida: esto es
solo un capítulo, no te rindas. Recuerda que nada es definitivo.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

    Cart